La columna de Camila Uribe, Estratega Ejecutiva de Casa de las Estrategias, para Morada Noticias.
¿Qué se puede hacer con la Policía después de todo lo que ha pasado en Colombia durante las manifestaciones? Pues, reformarla. Desde Casa de las Estrategias le hemos pensado desde hace unos años a esto y, en esta crisis por la represión en las marchas que iniciaron el 28 de abril, se hace más necesario repensar profundamente a esa institución. Y como decía la semana pasada eso es un proceso largo, en el que la Policía especialmente debe tener paciencia, pero que es importante empezar.
Lo primero es el contexto que conocemos. Desde hace un par de años las protestas han estado permeadas por la represión policial evidente en los numerosos casos de violencia ya documentados y contabilizados en su mayoría, el trato humillante, los problemas en los procedimientos de retención y captura, otros casos también de abuso sexual y los homicidios a manos de la fuerza pública.
Lo importante de entender es que no son casos aislados, ni tampoco un tema de manzanas podridas como ha tratado la Policía a diferentes escándalos en los que ha estado en los últimos años. La represión y también la falta de vocación y de preparación de los policías es un asunto estructural. La represión ha sido una apuesta de la Policía y sobre todo de los jefes de la Policía que son los políticos, para que las marchas se contraigan, pero esto no funciona y no puede funcionar así. Además, aunque hay muchas solicitudes de los jóvenes de las protestas en Medellín por lo menos que hemos podido analizar, hay dos puntos bastante centrales que vale la pena analizar y son: precisamente la no represión y la no corrupción. En los policías, en las marchas y en la clase política que gobierna.

Con esta crisis que es evidente hace un año largo y que se agrava con la situación actual, no hemos pensado con universidades, organizaciones sociales y empresarios, ideas centrales que debe tener una reforma policial en Colombia. Son seis puntos profundos, pensando, además de las protestas, en el ejercicio cotidiano barrial de los policías:
- Controles de la ciudadanía en la elección del comandante de Policía por hoja de vida, sanciones y evaluaciones previas y evaluación de cada estación.
- Transparencia: Datos libres a la ciudadanía sobre indicadores de abuso de fuerza y cómo van los trámites a quejas de violencia y agresiones.
- Definición del Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes parcial de forma participativa y desde cada contexto.
- Resurgimiento de la Policía Comunitaria con diseño ciudadano y de las universidades.
- Mejorar las formas de denuncia a la Policía, para que puedan ser completamente seguras y generen confianza.
- Generar más mecanismos de suspensión, destitución y vigilancia de la Policía desde el ministerio público.