Entrega Mayo
En mayo hubo 37 homicidios en Medellín, lo que equivale a un estancamiento en la superación, en tanto la disminución es de dos homicidios frente a mayo del 2020 y de uno frente a abril de este año. En lo corrido del año anterior teníamos un registro de 155 homicidios, mientras que en lo corrido de este vamos por 165. Hay un estancamiento igualmente en el homicidio a mujeres (por analizar cuántos de estos son feminicidios).

No deja de ser interesante que a todas las luces las medidas de cuarentena por el Coronavirus causan reducción de homicidios, lo que nos debe responsabilizar como sociedad de que a más movilidad hay más homicidios, pero también nos debe alertar sobre medidas contra las libertades y fracasos parciales de la democracia como toques de queda.
A pesar de la alta represión del Estado a las manifestaciones, la cifra de homicidios todavía no se alcanza a afectar por el esclarecimiento necesario de las desapariciones. Lo que no se puede ocultar es el homicidio a miembros de la fuerza pública, por lo que hay que recordar a la opinión pública que este tipo de homicidios no están afectando la estadística del fenómeno. Algunas veces la estadística sirve para contrastar la casuística que tanto nos indigna y poner los problemas en su proporción, para buscarle salidas. Las manifestaciones no suelen ser letales para la fuerza pública, seguramente porque una mayoría de manifestantes tienen autocontrol y en su filosofía no cabe dañar una persona.
Cuando miramos en dónde está acumulado el homicidio en mayo en Medellín, seguimos viendo el gran fracaso que ha sido recuperar el centro, donde la institucionalidad no está a la altura de las organizaciones ciudadanas y los movimientos culturales. Es normal que el homicidio se acumule en un centro urbano, así como todo, pero los números son inadmisibles. También cuando hablamos de Comuna, que en muchos casos es una división territorial que ya no alcanza a explicar, es importante prender todas las alertas en Santa Cruz, una comuna compacta que ha tenido un fuerte catalizador en la cultura, que le ha puesto límites al crimen y a la violencia, pero también ha tenido un gran monopolio criminal que decreta la ausencia de homicidios. Santa Cruz por muchos años fue la Comuna que tenía iguales características socioeconómicas donde había muchos homicidios, y se veía como una rareza, hoy empieza de nuevo a ser protagónica en el fenómeno del homicidio.

Cuando vemos los barrios se explican más cosas y Santa Cruz sale en primer lugar, y observamos dos problemas que no hemos podido solucionar en casi una década: una de las cuencas de AltaVista, de nuevo con la vereda Manzanillo, y las laderas de la Comuna 7, especialmente Aures 2. Así como Santa Cruz sería una alerta naranja, la Media Luna es una alerta naranja, de un problema parcialmente resuelto con la normalización de la Sierra hace más de una década y que debería de generar factores de recuperación institucional con el Metrocable. Hay que recordar que la Media Luna aparece como parte de Santa Elena pero es una dinámica criminal de la Comuna 8.
