En El Barrio El Salado de la Comuna 13 de Medellín no hay restricciones de movilidad, ni de horarios por cuenta de la violencia criminal, se siente una reactivación y hay mujeres jóvenes que logran tener una red de apoyo que las hace sentir seguras. Se ve una barbería como centro social y lugar de encuentro y lo que más preocupa es el aumento de precios.
En el barrio Las Palmas de Medellín, una mujer joven nos empieza a describir que puede haber solo una ruta de buses, lomas, escaleras y por un lado la ventaja de la vista y el cansancio de entrar y salir sobre todo si está lloviendo, si hay algún imprevisto de transporte.
Se nota que la política y decisiones del barrio, se define desde y con los adultos mayores. Ella se siente tranquila y sabe que quedó atrás una confrontación entre grupos criminales y recomienda la comida de Mc Papas.
El barrio La Milagrosa (Comuna 9) tiene la fortaleza del transporte y tantos negocios y ser conocidos de muchos años es la clave para que una mujer joven se sienta segura, así como entrando y saliendo del barrio a cualquier hora.
Hay una plaga de Caracoles Africanos en un colegio de la Comuna 9. Se registran las venezolanas y los venezolanos como parte del vecindario, y buenos y buenas vecinas.
El barrio Las Mirlas en la Comuna 8 (cerca de La Sierra) hay muy pocas “zonas de parche”, para que los jóvenes estén, hablen o se enamoren.
Se puede llegar desde el tranvía y luego por Metrocable. Estar en el mapa del sistema Metro ha hecho que empiece a aparecer un turismo muy propio de Medellín (que empezó en la comuna 13)