En los meses de marzo y abril se presentaron, según los datos entregados en los boletines mensuales del Observatorio Colombiano de Feminicidios, nueve feminicidios en el Valle de Aburrá, cuatro de ellos con ocurrencia en el Distrito de Medellín, dos más en comparación a los que se presentaron en el mismo periodo en 2022. En contraste con esta fuente, el Sistema de Información de Seguridad y Convivencia de la Alcaldía en su informe de indicadores de Seguridad reporta en este mismo periodo solo tres casos tipificados como feminicidio y uno más con información insuficiente para su determinación.
¿Quiénes eran las víctimas de feminicidio?
En marzo le arrebataron la vida a Luisana del Valle Lugo Aguilar, mujer de nacionalidad venezolana de 26 años, madre de una menor de edad y trabajadora en una fábrica de confecciones. Ella fue asesinada con arma cortopunzante por su expareja al interior de su vivienda ubicada en el barrio Picacho de la comuna 6- Doce de Octubre. El feminicida, un hombre de 49 años, fue capturado en la terminal de transporte mientras intentaba huir. La segunda víctima Yulitza Palacios Palacios, mujer afrodescendiente de 24 años fue apuñalada en su residencia en el barrio Moravia de la comuna 4- Aranjuez; el victimario era su pareja sentimental que luego de propinarle varias heridas, la trasladó a la Clínica León XIII, pero al saber del deceso de la mujer, huyó del lugar.
En abril, también dos mujeres perdieron la vida: Sorelsi Johana Echavarría Cañas tenía 41 años era madre comunitaria y lideresa, los hechos se presentaron al interior de un vehículo que transitaba por el barrio Pablo VI de la Comuna 2- Santa Cruz, allí fue asesinada por un hombre que le propinó heridas con un arma cortopunzante y que huyó del lugar en una moto que lo estaba esperando. La segunda víctima, Janeth Alejandra Marín Castrillón de 33 años, fue asesinada con arma de fuego por sicarios que se desplazaban en una moto por el barrio San Isidro de la Comuna 4- Aranjuez.
El continuum de la violencia feminicida cada vez mayor en mujeres en condiciones de alta vulnerabilidad
Estos casos dan cuenta de la sistematicidad de la violencia feminicida desde la imbricación analítica de género, raza y clase. Si se analizan los casos de las mujeres que son asesinadas en Medellín y Latinoamérica se logra identificar que los feminicidios son una manifestación de violencia que ataca, en especial, a un grupo particular de mujeres. Por ejemplo, las mujeres son cada vez más pobres; según las Naciones Unidas, el 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres y como se señala en el análisis del Índice de feminidad en hogares pobres del CEPAL en 2021 por cada 100 hombres viviendo en hogares pobres, había 116 mujeres en la misma situación, “esto evidencia la falta de autonomía económica de las mujeres, quienes en ausencia de otros ingresos del hogar son más proclives a estar en situación de pobreza, situación que se agudiza en hogares con mayor presencia de niños y niñas” (CEPAL, 2021).
La crisis económica también obliga a las mujeres a migrar de manera más frecuente; según Silvia Federici esto se da por dos razones: i) por residir en un país o ciudad expulsora, es decir, que no suple las condiciones materiales de existencia para las mujeres y sus familias lo que las obliga a migrar en busca de un lugar que ofrezca una mejor calidad de vida; ii) por la guerra que tiene como consecuencia la imposibilidad de permanecer en un territorio que no garantiza la vida e integridad personal. Esto exacerba la marginalización de quienes migran, pero además da cuenta que la raza tiene una influencia sobresaliente, pues son las mujeres más racializadas quienes en los últimos años encabezan los flujos migratorios. A estos hechos se añade uno más, y es que estás mujeres se encuentran en plena etapa reproductiva, lo que las hace aptas para la reproducción social, y las deja más vulnerables para las diferentes manifestaciones de la violencia, en este caso, la feminicida.
Esto se hace especialmente evidente cuando consideramos que la mitad de los migrantes son mujeres, muchas con hijos que deben dejar atrás. Desde un punto de vista histórico esta práctica es altamente inusual. Las mujeres son habitualmente las que se quedan, y no debido a falta de iniciativa o por impedimentos tradicionalistas, sino porque son aquellas a las que se ha hecho sentir más responsables de la reproducción de sus familias. (…) Por eso cuando cientos de miles de ellas abandonan sus hogares para enfrentarse a años de humillaciones y aislamiento, viviendo con la angustia de no ser capaces de proporcionarles a sus seres queridos los mismos cuidados que les dan a extraños en otras partes del mundo, sabemos que algo dramático está sucediendo en la organización del mundo reproductivo. (Federici, 2013, p. 170).
Pobreza, racialización y feminicidios
Los cuatro casos ocurridos entre marzo y abril dejan entrever factores que sitúan a las mujeres en posiciones especialmente vulnerables, en este caso no solo el feminicidio es una consecuencia del patriarcado, también lo es del racismo, la xenofobia, la opresión económica, la clase social, entre otros factores. Los cuatro casos señalados de feminicidios evidencian en las víctimas que eran mujeres que estaban en una etapa temprana de la adultez, una de ellas era afrodescendiente y otra, una mujer migrante; todas residían en comunas que se han caracterizado por altos índices de violencia entre las que se destaca la violencia contra las mujeres como la violencia intrafamiliar y un alto número de feminicidios. Según el Informe de Calidad de Vida de Medellín Cómo Vamos, 2021: “Las mujeres siguen siendo las más afectadas por la pobreza y la violencia intrafamiliar, además se sienten más inseguras en la ciudad”.
En términos de la violencia intrafamiliar y su manifestación territorial en Medellín durante el periodo de enero – marzo de 2023 se han presentado 2.695 denuncias, las tres principales comunas con mayor número de casos son: Comuna 3- Manrique (260 denuncias), Comuna 13- San Javier (212 denuncias) y Comuna 1- Popular (209 denuncias). A continuación se muestra una gráfica en la que se identifican el número de casos denunciados según comuna.
Tabla. 1
Elaboración: Casa de las Estrategias con datos suministrados por el SISC en el Informe Semanal de Seguridad y convivencia Enero 31 a marzo 31 de 2023.
Frente a estos datos es importante mencionar en términos de riesgos para la vida e integridad de las mujeres que del total de casos denunciados de violencia intrafamiliar 1.384 casos son de tipo de medidas de protección y los demás casos (1.311) por procesos de reestablecimiento de derechos niñas, niños y adolescentes.
Comportamiento del feminicidio según comuna de ocurrencia
Entre enero a marzo del 2023 han ocurrido ocho casos de feminicidio en cuatro comunas de Medellín, así: cuatro en Aranjuez, dos en Villa Hermosa, uno en Santa Cruz y uno más en el Doce de Octubre. Si se toman los casos de feminicidios ocurridos entre el período 2010- 2022 se muestra que, en Medellín, de 797 mujeres víctimas de feminicidio no se tiene información del lugar de residencia de 314 mujeres, de las demás se tiene que residían en las comunas: 13-San Javier (57 casos de feminicidio), 4- Aranjuez (37 casos de feminicidio), 16- Belén (36 casos de feminicidio), 8- Villa Hermosa (35 casos de feminicidio) y 6-Doce Octubre (28 casos de feminicidio).
Aunque la comuna 10-La Candelaria se presenta como la comuna con el mayor número de feminicidios en el distrito, 137 casos cometidos entre el 2010- 2022, su ocurrencia no necesariamente corresponde a la comuna de residencia de las víctimas; como se mostró anteriormente, las comunas de residencia y ocurrencia de feminicidio son principalmente: San Javier, Aranjuez, Belén, Villa Hermosa, Manrique, Popular, Robledo y Doce de Octubre.
Tipo de armas usadas en los feminicidios.
De los cuatro casos de feminicidio ocurridos entre marzo y abril se encuentra que tres mujeres fueron asesinadas con arma cortopunzante y una con arma de fuego. De hecho las armas cortopunzantes constituyen entre enero y abril de 2023 las más utilizadas a la hora de cometer este delito; estas armas son las que adquieren una mayor predominancia en los feminicidios cometidos en las relaciones erótico-afectivas y con ocurrencia en las residencias de las víctimas.
De un análisis de 275 casos de feminicidio en Medellín durante el período en 2016 y 2022, se tiene que la modalidad predominante es arma cortopunzante con 104 casos, es decir, el 42%; seguida del arma de fuego con 95 casos y que representa el 39% de los casos; 32 asesinatos fueron por ahorcamiento o estrangulamiento, es decir, el 13% (Casa de las Estrategias, 2022).
De los 275 casos, 82 feminicidios se cometieron en la residencia, 36 fueron asesinadas con arma cortopunzante, 14 con arma de fuego, 12) mediante ahorcamiento o estrangulamiento, (11) con objeto contundente y (8) mediante asfixia mecánica (Casa de las Estrategias, 2022).
Entre el período 2010- 2022 de 797 casos de feminicidio en el distrito, 275 se presentaron en la residencia de la víctima y 30 en una casa o apartamento diferente. Esta situación lleva a identificar que el lugar de residencia de las mujeres es, para muchas de ellas, un ámbito peligroso, es el lugar de consumación del riesgo a la vida, a la integridad personal y de múltiples manifestaciones de violencia contra las mujeres.
Los casos de feminicidio con ocurrencia entre marzo y abril donde Luisana, Yuliza, Sorelsi y Janeth perdieron la vida, evidencian, una vez más, que la violencia económica, manifiesta en el empobrecimiento continuo de las mujeres y en las migraciones no solo las afecta principalmente a ellas sino que desde la imbricación de género, raza y clase, son las mujeres más racializadas las principales víctimas de feminicidio en Medellín y Latinoamérica.