Violencias en el contexto familiar

Nov 15, 2024 | Publicaciones

 

¿Qué entendemos por violencias en el contexto familiar?

 

 

Se entiende que las violencias en el contexto familiar son aquellas situaciones de conflicto que se dan entre:

 

a. Esposos, parejas estables, incluso si han terminado su relación o están divorciados.

b. Padres y madres, aunque no vivan juntos, si el maltrato está dirigido hacia la otra o el otro progenitor.

c. Individuos responsables del cuidado de uno o más miembros de una familia en cualquier lugar donde se realice esa acción, aunque no formen parte de la familia.

d. Personas que residen juntas en un hogar o forman parte de la misma unidad doméstica sin tener lazos familiares.

e. Personas con quienes se haya tenido o se tenga una relación de pareja, ya sea que convivan o no, siempre y cuando esa relación sea estable y con un claro compromiso de durabilidad.

 

 

¿Cómo se manifiestan las violencias en el contexto familiar?

 

Los tipos de violencia intrafamiliar abarcan varias formas de abuso, entre las que se incluyen:

 

 

Violencia física: incluye golpes, empujones, patadas, uso de objetos para causar daño, entre otros actos que ocasionan lesiones físicas.

Violencia psicológica/emocional: implica el uso de la intimidación, humillación, amenazas, manipulación emocional o control coercitivo para ejercer poder sobre otro miembro de la familia.

Violencia sexual: comprende cualquier acto sexual no consensuado o coercitivo dentro del ámbito familiar, incluyendo el acceso carnal violento, el abuso sexual y la explotación sexual.

Violencia económica: implica el control o la manipulación de los recursos financieros de la familia para ejercer poder sobre los demás miembros, limitando su acceso a dinero, impidiendo su independencia económica o forzándolos a depender financieramente de quien ejerce la violencia.

 

¿Y cuál es la situación actual de las en el Departamento de Antioquia, y en la ciudad de Medellín? 

 

 

¿Qué dicen los reportes de la Fiscalía General de la Nación? 

 

Desde el año 2018 hasta el 2023, el número de denuncias de violencia intrafamiliar ha venido en aumento, en el año 2018 se reportaron ante la Fiscalía General de la Nación 7 947 casos, de los cuales 4 429 ocurrieron en Medellín, y se ha alcanzado un máximo de denuncias en 2022 con 13 964 casos en Antioquia, de los cuales 7 520 se dieron en Medellín.   

La violencia intrafamiliar tiene como víctimas principales a las mujeres, quienes representan el 77,3% de las denuncias reportadas a octubre de 2023. Según la Fiscalía General de la Nación, la juventud y la adultez son los ciclos vitales donde más se han concentrado las denuncias por violencia intrafamiliar. 

 

 

A pesar del subregistro, es notable el incremento de las denuncias, y de las limitaciones propias del territorio para las víctimas acceder a la justicia. La violencia en el contexto familiar sigue siendo un problema estructural en nuestro país, y es génesis y consecuencia de otras violencias. Se mantiene por la persistencia de creencias socioculturales, machistas y misóginas en las relaciones sociales, donde la víctima está bajo condiciones de sumisión, miedo, dependencia económica y emocional, razones que llevan, en muchas ocasiones, a naturalizar y legitimar la violencia. 

Otro asunto que influyó en el incremento de las violencias en el contexto familiar fue el confinamiento por covid-19 debido al aumento del tiempo de convivencia de los grupos familiares a raíz de la situación de precariedad económica, las condiciones de salud mental; además de las limitaciones sociales y culturales para resolver pacíficamente los conflictos. 

 

¿Qué dicen las personas que están vinculadas directamente con la atención de las violencias en el contexto familiar en Antioquia y en Medellín? 

 

En las interlocuciones que desarrollamos con funcionarios y funcionarias públicas, investigadores e investigadoras de la academia y representantes de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), identificamos diversos asuntos que caracterizan territorialmente este fenómeno, aquí presentamos los principales: 

  • Los NNA están expuestos con mayor frecuencia a ser víctimas de maltrato y violencia sexual, a menudo sin ser identificados o denunciados debido a su falta de reconocimiento de tales actos como agresiones, especialmente, cuando el perpetrador es alguien cercano a ellos y ellas. El silencio y la “complicidad silenciosa” de las redes sociales y familiares también contribuyen a esto.
  • La combinación de factores como convivir con adultos no familiares, disfuncionalidades familiares, comunicación inadecuada, desconfianza, pautas de crianza inadecuadas y falta de promoción del autocuidado en NNA aumenta su vulnerabilidad. La negligencia parental, ausencias debido al trabajo, necesidades básicas insatisfechas y falta de información sobre cuidados y derechos sexuales y reproductivos llevan a que esta población sea la más vulnerable.
  • La clandestinidad, heterogeneidad de los y las responsables de la violencia, lugares y formas en que se manifiestan estas violencias dificultan establecer estadísticas precisas sobre su magnitud, sobre todo se reconoce el subregistro que presenta estas violencias en zonas rurales y apartadas del Departamento de Antioquia. 
  • En el contexto familiar, los hombres suelen ser los principales perpetradores de violencia, particularmente aquellos con poder dentro de la familia como padres, padrastros, abuelos, tíos, hermanos o primos. También existen otros agresores provenientes del ámbito público, como agresiones por parte de docentes en instituciones educativas, así como actores pertenecientes a grupos armados que impactan el entorno familiar con su violencia.
  • Las mujeres también son agentes de violencia, especialmente en el entorno doméstico, donde su manifestación puede ser tanto física como verbal, así como también al ser reproductoras de un sistema cultural machista y violento.

Se identifican también diversas limitaciones para erradicar la violencia en el contexto familiar, en relación a que la víctima denuncie, y también de que las denuncias sean efectivas en reparar a la víctima y asegurar su acceso a la justicia. Entre las que podríamos nombrar: 

  • El miedo, el estigma, y el temor al rechazo social pueden desmotivar a las víctimas a denunciar las violencias y los abusos. Existe una presión social que desalienta a hablar sobre la violencia familiar, lo que lleva a ocultar casos; a esto se suma la falta de apoyo de la comunidad y de círculos de cuidado cercanos de la víctima. 
  • En ciertos municipios, la persona agresora puede ser encubierto debido a la autoridad moral en la familia como en otros espacios de carácter público como la comunidad, la iglesia, la escuela o figuras prominentes (líderes o lideresas, sacerdotes, docentes). También, la o el agresor puede ser protegido por la familia debido a la dependencia económica que tienen de él.

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