Laura María Guarisco Cervantes
Una arquitecta colombovenezolana de 32 años, lleva consigo un tesoro invaluable: su título universitario. Este documento, más que una simple certificación académica, representa el resultado de una ardua lucha por asegurar su futuro.
El proceso para validar su profesión que estudió en la Universidad Central de Venezuela fue todo un desafío. En medio de la crisis del vecino país, la apostillada de documentos se convirtió en una odisea burocrática y costosa; Laura enfrentó este reto con determinación, consciente de que su título no solo representaba su educación, sino también su entrada hacia nuevas oportunidades. En 2016, ‘Guarisquín’ como le gusta que le la llamen, notó que empezaba a quedarse sin amistades porque estaban saliendo del país. El título se convirtió en su salvavidas en medio de la incertidumbre, al llegar a Barranquilla, encontró refugio en el seno de su familia materna y rápidamente aseguró una oferta laboral en su campo.
Su diploma no solo era un papel en un tubo de cartón; era su ancla en un mar de cambios. Le recordaba quién era y de qué era capaz, incluso en los momentos más difíciles de su travesía migratoria. El título de Laura no solo le abrió puertas laborales, sino que también le brindó una sensación de seguridad y valentía en un país que poco conocía. Sin embargo, al mudarse a Medellín en el año 2018, enfrentó nuevos desafíos y descubrió que su título no siempre era suficiente para superar barreras.
A pesar de esto, Laura encontró fuerzas para seguir adelante. Su historia es un testimonio de resiliencia y determinación en medio de la adversidad. Aunque su objeto preciado no le garantizó el éxito en todos los aspectos de su vida en Colombia, Laura demostró que la verdadera fortaleza reside en la capacidad de adaptación y en la búsqueda constante de nuevas oportunidades. Hoy Laura es historietista e ilustradora y se inspira en crear historias como la de Ángel, en su novela gráfica Nido que ya lleva una segunda edición.
Sin duda Laura inspira a otras personas migrantes a no desfallecer en la búsqueda de sus sueños, recordándoles que cada obstáculo es una oportunidad para crecer y aprender. Laura María Guarisco Cervantes es un ejemplo de cómo el valor y la perseverancia pueden abrir camino hacia un futuro mejor, incluso en tierras lejos de casa.